Archivos de la categoría ‘Costumbrismo cabrón’

Noches de verano.

Publicado: 23 junio, 2011 de Frankie en Costumbrismo cabrón

La semana pasada aconteció algo infausto en mi domicilio de urbanita atribulado y neurótico (es mi estado natural de Lunes a Viernes) El puto, maldito y cabrón aparato de aire acondicionado se murió este Domingo, dejándonos huérfanos a mi señora y a mí justo al comienzo del verano.

De pronto y sin avisar (que mal educado ¿no?) el aparato grande que da a la calle empezó a echar un humo negro y feo, muy feo. A su vez, uno de los aparatos interiores se puso a vomitar un líquido repugnante en el pasillo. «Apágalo, apágalo» me gritaba mi mujer, con un puntito de histeria.

Aquello era un drama, la crónica de una muerte anunciada. Los aparatitos dichosos ya llevaban sirviendo más de una década, espantando el calor pegajoso y abochornante que siempre hace en mi ciudad. Suele ser normal acumular sobre la piel una fina película húmeda, que no te abandona hasta que te metes en la ducha y te la frotas con saña.

Lo peor viene ahora, porque se supone que el Comandante de la casa (vamos, yo, que me lo veo venir) debe demostrar sus dotes para la gestión de la crisis. Se trata de localizar físicamente una tienda de electrodomésticos (por internet no me fío) y conseguir un sistema con dos cacharritos de esos interiores.

Habrá que encontrar una buena relación calidad/precio y concertar visita con uno de esos seres infames, uno de esos reparadores caraduras que, para colmo, deberá a comprometerse a retirar los aparatos viejos.

Mientras tanto, hice un interesante descubrimiento sociológico. Al abrir obligadamente las ventanas para refrescar la guarida me llegaron voces de la calle, un sonsonete, un murmullo sereno punteado con risitas y tal.

Sí, claro, ya sé que de la calle siempre llegan voces, pero estas lo hacían a eso de las once y media de la noche y pertenecían a personas mayores que se sentaban en la acera a la fresquita, con su silla plegable que se traían de casa. Juro que hasta ahora no me había percatado de la existencia de esta tribu urbana tan peculiar, porque mira que lo es.

Porque resultaban ser muy asertivos y expresaban con total sinceridad lo que pensaban:  «Quién será el guarro que está dejando caer ceniza, por favor, qué mala sombra» (se refería a lo que dejaba caer a la calle mi cacharrete averiado).
«Yo sí que he visto a alguien. Era el marido de la……..
(la profesión de mi señora). Esta última frase era de una mujer que tan solo murmuraba por lo bajini. «Pues a mí me ha dejado la camisa llena de mierda, la leche que…»

Y en esta frase final había indignación contenida y fue lo que me hizo agachar y apagar la luz.  No me atreví a disculparme, me pilló un tanto flojito de labia. Era increíble el silencio que había en la calle, a esas horas con tan poco tráfico, que me permitía escuchar las sentencias de mi condena social y vecinal. Al menos por un tiempo.

Saludos embarazosos.

Sexo, pescado y vacaciones.

Publicado: 20 abril, 2011 de Frankie en Costumbrismo cabrón, la epopeya

Vacaciones en la Pascua, tralará…

Pues sí, gente,  me debían una jornada de vacaciones por haber aportado una sugerencia «creativa» a los líderes de mi empresa. Y como me la debían me la pienso cobrar con el santo día de hoy, preparatorio de la gran estampida. «Les he dicho a mis padres que igual llegábamos mañana por la mañana» dice mi costillita. Como me temo que dicha promesa es cierta, me apresuro a contraatacar con sutileza: «Aah, qué rápida. Pues la otra mitad de los días tocará con los míos, por supuesto, sepass».

Ese es el pacto implícito, la deuda de sangre, honor y agradecimiento para con nuestras respectivas familias ancestrales (y tal, o sea). La primera parte del pacto, no obstante, plantea algún que otro problema espinoso. En efecto, nunca lo recuerdo con detalle pero no se puede consumir  carne, o así, hasta el día de la resurrección de Jesús.
Pues bien, si la familia en cuestión es muy católica  -y mi familia política lo es hasta las trancas- en vez de carne catarás pescado, mon amour, y encima muy espinoso.

No me preguntéis que pescado es, pero seguro que una Boa constrictor tendría problemas para pasarlo. A mi suegra le encanta cocinarlo y para su  familia es todo un placer desespinar (¿se dice así?) mientras comentan las sutilezas de la guarnición.

Mi destino es más lúgubre: nunca acierto a quitarle todas las espinitas de los cojones hasta que  -harto ya-  me dejo la mitad en el plato. «¿Que no te gusta, Frankie?»  preguntan.  «¿Te lo recaliento un poco?»… Bueno, como esto último ya es el summum de los horrores, me apresuro a negarme con prontitud y energía, que ya escampará la cosa.

Las sobremesas posteriores a esta batalla de espinas pueden ser laargas, largas, oh, my god. El desfile de anécdotas fascinantes y personajes que olvidarás rápido, no obstante, se puede acortar de manera eficaz con un «me voy a echar un ratito», truco muy útil excepto cuando hay visita extraprovincial. Y siempre la hay, eso es lo malo. Todos los años viene cierta parentela perteneciente a los Jubilados Terroríficos (JT).

El partido JT lo forma un sector de la población que pasa sus años dorados -así, que queda más fashion- realizando todos los viajes subvencionados del Inserso que pueden costearse, por lo general balnearios medicinales y saraos en la costa.

Otra fracción de su tiempo transcurre en casa ajena, dejándose caer por ella sin piedad un puñado de días y dedicándose a relatar los saraos esos de arriba. Y pobre del que le pillen amodorrado y lesionado por alguna espina. Los vapores de la digestión y las anécdotas setenteras pueden tener un efecto letal hasta en la líbido de Rocco Siffredi, válida sea esta confesión.

Es esta una constatación realista y veraz. Servidor y pareja se atrajeron por su alta compatibilidad y deseo mutuo, dicho sea esto sin más intención que la meramente informativa, que sus pensáis.

Bueno, pues notamos, al acabar una de estas comidas, la eficacia de la sublimación freudiana que practican en la tercera edad. Decía Freud que la biología que ya no erecta proyecta. La vejez plasma toda su creatividad en la conversación y la gastronomía. Es ahí donde les encontramos exhuberantes y sensuales.
Ese comentar  y degustar con fruición ingredientes, viandas, etc, para compensar, quizá, la falta de consumaciones en la alcoba.

Y se contagia, claro. Con razón necesitamos una escapada solitos los últimos días vacacionales para restaurar el estado del armamento. La presencia de suegros al otro lado del tabique es el mejor anticonceptivo jamás inventado. Pero están en su chalet, aah, la territorialidad.

Saludos y conectaré cuando se pueda a partir de mañana. Si se puede, claro…

Sexo en la patria vasca

Publicado: 21 febrero, 2011 de Frankie en Costumbrismo cabrón, De coco ajeno

Fin de ETA y mejora sexual…

Me gustaría que se me hubiera ocurrido a mí, pero se le ha ocurrido a Jose A. Perez. Y lo ha escrito con mucha gracia en su blog Mi mesa cojea.

Pensad que mi intención es tan bromista como la del autor, así como que donde pone Euskadi perfectamente podría poner España. Lo podría poner si las encuestas fueran profesionales y fiables,  claro, no como el encadenado surrealista que relato en mi entrada anterior, dioss.  Ahí va el copiazo:

AGENCIAS. Bilbao.

La desvinculación de la izquierda abertzale con la violencia de ETA plantea un nuevo escenario sociopolítico vasco que quizá devenga en un florecimiento de las relaciones sexuales esporádicas.

Según publica hoy el Centro de Investigaciones Sociológicas, ocho de cada diez varones vascos no han penetrado jamás a una mujer que no sea su pareja sin estar borrachos. 9 de cada 10 mujeres vascas, por su parte, no recuerdan haber tenido una experiencia sexual placentera en toda su vida dentro de la Comunidad Autónoma Vasca.

El mismo estudio indica que el 87% de los votantes nacionalistas rechaza el sexo por considerarlo una costumbre española, mientras que los votantes constitucionalistas declaran carecer de tiempo para fornicar por estar ocupados desmantelando los prejuicios cognitivos durante tanto tiempo mantenidos por el PNV en el poder.

Ante la pregunta: «¿le gusta follar?», el 82% de los vascos ha optado por la respuesta «no tanto como hablar de política o tomar algo», y sólo un 0’2% se ha decantado por la opción «joder, sí».

Las milenarias tradiciones vascas reservan el acto sexual a momentos especiales de la vida tales como el día de la boda o el día en que te detectan el tumor. Según los datos del estudio, para que dos vascos forniquen deben haber mantenido una relación de amistad durante, al menos, quince años. Esta práctica, llamada popularmente «cortejo vasco», provoca que, para cuando dos vascos estén dispuestos a acariciarse de modo íntimo, ya lleven casados una década.

Estos datos contrastan con el consumo de pornografía en internet en la Comunidad Autónoma Vasca, que se confirma como el más alto del mundo. Los vascos gustan de masturbarse en la intimidad, pero rechazan el sexo como parte consustancial de la vida.

Ciertos antropólogos señalan que la masturbación ha sustituido a la oración en la muy católica comunidad vasca. 8 de cada 10 vascos y vascas consideran la masturbación un invento autóctono de más de 10.000 años de antigüedad. De hecho, Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca sostiene que «masturbación» podría proceder del vocablo euskaldun «maskuilu» («ampolla»).

Y, sin embargo, algo está cambiando en Euskadi. Desde la explícita desvinculación de la izquierda abertzale de ETA, el sexo oral en baños de bares ha aumentado casi un 12.000%, según estudios del Euskobarómetro. Ante la pregunta: «¿ha felado en un bar en los últimos quince días?», dos de cada diez mil mujeres vascas admite haberlo hecho «un poco o bastante».

Ante la pregunta «¿ha practicado un cunnilingus en un coche aparcado dentro del territorio vasco en los últimos quince días?», uno de cada doce mil varones vascos admite haberlo hecho (aunque aquí hay polémica, ya que los sectores nacionalistas consideran que un coche aparcado en Navarra también está dentro del territorio vasco).

El nuevo escenario sociopolítico al que se asoma Euskadi, sin la lacra del terrorismo y con una izquierda abertzale de nuevo en las instituciones, quizá conlleve el amanecer de la sexualidad vasca. No será un proceso sencillo, ya que supone vencer tabúes muy arraigados en la mentalidad vasca, como que hombres y mujeres hablen entre sí. Pero esta sociedad ha demostrado en el pasado su capacidad para reinventarse. Sabrá hacerlo de nuevo.
Tras cinco décadas de miedo y silencio, Euskadi, por fin, empieza a follar tímidamente.
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Hasta aquí, lo expuesto y relativo al sexo es pura antropología de campo aplicable, tal y como arriba menciono, a cualquier rinconcito español. Y con ánimo de reirse, eepa,  que mi mujer también es de allí.  Eso sí, ignora mi blog olímpicamente gracias a mis oraciones.

Saludines con txapela y tal.

Cazando al vecino

Publicado: 19 enero, 2011 de Frankie en Costumbrismo cabrón, Placeres que atormentan

Desahucios por impago  (Ay, dios mío, que trances)

El día que AbogadoArruinado (A.A) vigilaba desde la acera de enfrente la reunión vecinal donde se votó demandarle, seguro que todos recordábamos su BMW y las molestias ocasionadas al reformar su casa.

Aquellas reformas habían sido la pesadilla de su inmediato vecino de abajo, de MédicoExcéntrico (M.E) que, a su vez, arrastra sus ciento veinte kilos de peso encima de donde vive un servidor, un tanto molesto por algún porrazo ocasional en medio del  silencio del inmueble.  «A ver si ya se ha roto de una vez la cabeza este capullo» me da por pensar cuando lo oigo, ah, la impiedad.

Precísamente, M.E, había sido el proponente original de la demanda judicial para con A.A, de la cual había tomado nota el administrador, una brillante promesa del oficio (se dice así ¿no?). Resulta, que la acumulación de trimestres por pagar por parte del abogado ya había alcanzado la suma de casi cuatro mil euros, cifra que empezaba a comprometer el pago de diversas reformas y el cálculo de las derramas de la finca.

ReparadorEsforzado, una de esas muy útiles almas vecinales, siempre encantadas de arreglar las pequeñas chapucillas, no entendía porqué no pagaba. «Pero si en su profesión se gana un montón de pasta. Y más el, que trabajaba para una promotora…»

Aquí fué donde metí vela, con la mayor de las crueldades. No puedo perdonarle a A.A  que una vez, yendo el de chaqueta, me negara el saludo por vestir yo con chándal cuando venía de hacer footing, ay, Maribel. Nooo, que va, que no era eso. Lo que sucedía es que tampoco se esforzaba precísamente por ser simpático. Metí baza, como decía, revelando que lo había escuchado llorar mientras bajaba con alguien por las escaleras, quejándose de que su empresa había cerrado y le debían un pastón.

«Aaah, claro  -exclamó DecoradorGay (DG)-  está sin un duro»  «Por eso puso en venta el BMW, que me enteré». En este punto, fue donde entró en la conversación la ViudaFeroz. La viuda, lo es del hermano del abogado. Era este hermano de AA, en vida, una persona de trato muy agradable,  además de ser contrapunto conyugal de la pantera enjoyada del cuarto C.  «Como mi ex, que en paz descanse  -dijo la viuda-  lleva sus mismos apellidos por ser hermano, no paran de llamarme a mí por equivocación y mandarme cartas reclamando dinero, la madre que lo hizo…». La verdad es que, contemplando la intensa furia con que lo decía, era posible imaginar los trances conyugales del pobre fallecido, glub…

MantenidoRentista no tenía problemas económicos para asumir derramas extra pero, no obstante,  también apoyaba la decisión de demandarlo.  «Es que eso de no pagar está muy mal, o sea, oye, que si no cumples como que no mola»  Pues no, no mola, M.R. Y a ver cuando dejas de hablar como si fueras idiota y tuvieras veintipocos, que ya tienes casi sesenta, so manta…

Pero solo cuando los hombres de acción se mueven es cuando las comunidades marchan. Dos días atrás, el administrador e IzquierdistaAntiguo (I.A) junto con PoseedoraDeGatos, del quinto B, habían emboscado al abogado para entregarle un papel del juzgado. Esta acción de comando la propició I.A,  a la sazón presidente de la escalera. IA no soportaba todo lo que oliera a enriquecimiento indebido, sobre todo si no existían carnets de su partido que lo justificaran. Recelaba, siempre y por sistema de A.A, a quien parecía ver como un mafioso.

Allí y por tanto, en esa reunión decisoria, estábamos casi todos. Digo «casi» porque,  como solía ser habitual, EmancipadoSolterón entró de pronto en el patio y se dirigió hacia el ascensor, saludando timidamente, ante nuestro silencio glacial. «¿Pero este no es también vecino? ¿Porque no acude nunca?». La ViudaFeroz es muy asertiva y siempre pone voz a los pensamientos no expresados, que certera es la joía…

Se convino, por fin, en firmar todos la demanda. El abogado paseaba por enfrente, negándose a entrar para no darse por enterado, pero las cartas ya estaban echadas. Ya empezaba a ser cazado.

Un saludo vecinal, convecinos blogueros, je, je.